El nuevo año es una buena oportunidad para incluir nuevas costumbres en nuestra rutina de belleza.
Estos sencillos hábitos ayudarán a que tu piel luzca perfecta en este invierno
1. Come a conciencia
Es muy usual que el frío provoque beber chocolate caliente o comer galletas y pastas azucaradas, pero no permitas que se vuelvan parte de tu dieta habitual.
Trata de comer más frutas y verduras cada día. Además de mantenerte en línea, te ayudarán a cuidar tu piel desde el interior. Recuerda, somos lo que comemos.
2. El Agua es el secreto
Puedes invertir mucho dinero en cremas y tratamientos estéticos, pero nuevamente, si no te cuidas por dentro de nada servirá.
La piel debe ser hidratada también por dentro. Bebe al menos 8 vasos de agua al día, o más si haces ejercicio y actividades de esfuerzo. Tu piel lucirá más fresca y brillante, además ayudarás a eliminar las toxinas que ingerimos a diario.
3. No te vayas a la cama sin lavarte la cara
Es común llegar cansados a casa después de estar todo el día fuera. Y lo que menos te apetece es quitarte el maquillaje o limpiarte la cara. Pero recuerda que a lo largo del día acumulamos bacterias, y si no las retiras podrían infectar tu piel o causarte granitos. Aun cuando no utilices maquillaje debes lavar tu cara antes de irte a la cama, y luego aplicar una crema hidratante que actúe mientras duermes.
4. Descansa como es debido
Cuando estamos agotados físicamente la piel lo refleja también. El resultado es una piel cansada, flácida y opaca.
Dormir al menos 7 – 8 horas diarias te ayudará a lucir una piel fresca. Reducirás las ojeras y bolsas bajo los ojos de forma notable.
Cuando duermas, cuida de no arrugar demasiado la piel, utiliza almohadas adecuadas y evita poner las manos bajo el rostro para no maltratarlo.
5. Relájate
Nada estresa más nuestra piel que tener estresada la mente. Hay actividades como el yoga que son ideales para relajarase además de mejorar tu cuerpo, mente y por ende tu piel.
También recuerda no fruncir el rostro mientras trabajas o lees, éste es un hábito muy usual que lo hacemos de forma inconsciente, y es uno de los culpables de las líneas de expresión. Relájate.